miércoles, 20 de octubre de 2004

Ramiro


Ramiro tiene una cara peculiar y un bigote espeso que invitan hacerle preguntas.

Su historia es larga y dramática. Su abuelo era armenio. "Vino a Bolivia allá 1916 o así... la primera guerra mundial". Cuando le comenté que allá 1915 los turcos había masacrado a dos millones de armenios, contestó tranquilamente: "de eso sería pues".

Este minero tiene 35 años, aunque aparenta muchos más. Le falta la mano izquierda, perdida en una explosión hace dos años. Pero sigue picando.


Dijo algo que me gustó: "tengo 4 hijos, no quiero tener más y ninguno quiero que venga a la mina". Aquí los mineros prueban su bravura por el número de hijos. Y a eso puede ponerle remedio... Otra cosa muy diferentes es si podrá parar la rueda de la historia, la tradición familiar, la putada del destino. La esperanza de vida de un minero es de 40/45 años. ¿Qué harán los hijos de Ramiro cuando él no esté y tengan 12, 13, 14 años? Porque no es nada extraño cruzarte a niños por el interior del monstruo.

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